Carolina Schlick, Técnica en Microscopia Electrónica

Ciudad Natal: Buenos aires. Reside en Tucumán.

¿Cómo llega la Microscopia Electrónica a tu vida?
La microscopia electrónica llega a mi vida a los 17 años, junto a mi marido. El laboratorio era una casa particular, que alquilaron. Ahí habían puesto los microscopios, el ratario, todo. Era increíble.
Vi la combinación de la parte química y la parte fotográfica y me encantó. Yo ya sabía un poco de fotografía. Al ver los microscopios y las miniestructuras, era un universo nuevo, algo divino, era una conjunción de todo lo que a mí me gustaba.
Después cuando tenía los hijos medio crecidos, entré a trabajar con mi marido como técnica, en aquellos tiempos era muy difícil… Estuve en Mendoza entre el 78 y 82, cuatro años aprendiendo microscopia óptica. Hice trabajos de óptica y después me dediqué a la electrónica, en un medio muy exigente. Hubo muchas, muchas lágrimas.
Eso me dió la visión de que en microscopia electrónica tenía que llegar a la perfección, no hay medias tintas, o lo haces bien o bien. No hay otra. Por qué uno está en el campo de la ultraextructura. Ahí no puede haber errores, ni en un fijador ni en una coloración, porque las muestras podrían salir todas diferentes y no es lo que se busca para hacer buenas observaciones en microscopia electrónica.
Entonces, eso me entusiasmó mucho y me dio una disciplina de trabajo. Cuando llegué a Tucumán, en el año 82, me agarró un poco por sorpresa porque yo trabajaba más que nada con sistema nervioso. Llegue acá y lo primero que llega a mis manos es una muestra de resina, de una planta que está en Horco Molle. ¿Qué hago? ¿Cómo lo proceso? Se trataba de plantas, no de una microestructura de un cerebro, nada que ver... Y de ahí por medio de errores, aprendí. Es una buena manera de aprender. Poco a poco fui aprendiendo.

¿Cuál es tu función en el CIME?
Soy técnica en Microscopia electrónica. Ser técnica implica el procesamiento de un material especial. Hay que hacer una serie de pasos: fijar las muestras, deshidratarlas, hacer inclusión en otros materiales, utilizando plástico. Después viene la parte de cortes: cortes gruesos para microscopia óptica, cortes finos para microscopia electrónica utilizando ultramicrotomos, colorear los cortes y después de 48 hrs. de procesamiento más o menos, llegar a la observación microscópica.

¿Qué es la ciencia para vos?
La vida es una ciencia. Educar a los hijos, no es un arte, es una ciencia, implica más que eso, más conciencia. Porque el arte es creatividad, la ciencia es ir de lo macro a lo micro, es buscar, analizar. Mi vida es así, los científicos tenemos esa mentalidad de analizar, clasificar todo. Mis nietos me dicen: “abuela, todo lo analizas, lo mirás…”
Es toda mi vida, desde los 17 años, toda una vida. Me enseñó muchas cosas. Incluso, aprendí de los fracasos. Es una búsqueda, es un saber a dónde ir. Uno puede publicar con un fracaso, porque lo que no es, ¿qué es?

¿Cómo has equilibrado tu vida y la ciencia?
Cuando tu trabajo te apasiona, te gusta, y ves que vas bien, es un placer, no un trabajo. Para mí esto no es un trabajo, el día a día es agradable.

© CIME - Área Comunicación y Fotografía: Cecilia Gallardo / Romina Nieto
Responsable Científica: Virginia Albarracín
#RostrosDetrásDelMicroscopio #ciencia #microscopía